J. Gray: “Perros de Paja”

Introducción

"Perros de paja: reflexiones sobre los humanos y otros animales" de John Grey es una obra que cuestiona el concepto de naturaleza humana y el papel de la humanidad en el universo. Asimismo, sostiene que la creencia en la superioridad humana y la capacidad para controlar el destino son una ilusión.

El subtítulo de esta obra ya sugiere que no somos una especie diferente. Somos también animales, aunque nos hemos creído que somos superiores a ellos porque pensamos que tenemos un alma diferente a la de los mamíferos o un “yo” consciente que no tienen ellos.

¿En qué nos diferenciamos de las demás especies? La respuesta es “en nada”. Somos producto del azar y de la evolución; nuestras vidas no tienen un propósito especial.

Las nuevas tecnologías, la biotecnología, la nanotecnología y la robótica ya están transformando nuestras vidas en el sentido de que pueden variar nuestros pensamientos y nuestras conductas. Los avances en genética nos proporcionan también la manipulación de los embriones “a la carta”.

¿Las tecnologías harán posible una transformación del ser mismo distinta de lo que conocemos hoy por “humano”? ¿Es deseable esta transformación? Y una pregunta que resulta un tanto aterradora: ¿en qué manos está esta decisión?

Las reflexiones de J. Grey sobre los animales y los humanos nos ayudan a comprender qué concepto de ser humano sería acorde con esta evolución. Aquí presento algunas ideas de su obra “Perros de paja”.

2. Grey: especie, evolución y progreso

Hoy, dice Grey, la mayoría de las personas creen formar parte de una especie capaz de ser dueña de su destino. Pero Darwin nos enseña que las especies no son más que conglomerados de genes que interactúan aleatoriamente unos con otros y con sus entornos cambiantes. Las especies no pueden controlar su destino. Apoyándose en el evolucionismo dirá:

  • Las especies no existen y los seres humanos no son una excepción en este sentido, aunque siempre se olvida esto cuando hablan de “progreso de la humanidad”. El progreso de la humanidad es una abstracción que nadie tomaría en serio de no ser porque es una herencia de antiguas esperanzas cristianas.

  • Para los evolucionistas, los seres humanos somos el resultado de un ciego devenir evolutivo, pero gracias al poder de la ingeniería genética, ya no tenemos necesidad de ser gobernados por el azar: se nos promete que el hombre puede configurar su propio futuro evolutivo.

  • Creer en el progreso es creer que si usamos los poderes que nos ha dado el creciente conocimiento científico, los seres humanos nos podremos liberar de los límites que circunscriben las vidas de otros animales.

    Grey critica tanto el cristianismo como el humanismo secular, y sostiene estas tesis:

    • Los seres humanos somos el resultado del ciego devenir evolutivo.

    • El error esencial del cristianismo es considerar a los seres humanos como diferentes del resto de los animales.

    • Cuestiona la promesa cristiana de que la salvación está disponible para todos. Además, extiende esta crítica al humanismo secular, argumentando que la creencia en el progreso constante de la humanidad es simplemente una versión secular de esa tesis.

    • Gracias a la ingeniería genética, ya no tenemos necesidad de estar gobernados por el azar, sino que la humanidad puede configurar su propio futuro.

3. Edward O. Wilson: evolución biológica y conducta humana.

En su obra "Sobre la naturaleza humana", Edward O. Wilson se mete de lleno en cómo la evolución biológica se conecta con el comportamiento humano, sugiriendo que muchos aspectos de nuestro actuar se entienden mejor desde una perspectiva genética y evolutiva.

Wilson, el mayor darwiniano contemporáneo, ha sido criticado por biólogos y científicos sociales, que creen que los humanos no seguimos las mismas reglas que los demás animales. Grey argumenta que la idea de que los seres humanos pueden mejorar continuamente y progresar de manera consciente es una ilusión, un espejismo o una herencia de antiguas esperanzas cristianas.

Pensar que la humanidad puede tomar las riendas de su destino solo tiene sentido si le atribuimos conciencia e intención a la especie. Solo si aceptamos esta atribución, al menos aparentemente, no parece descabellado que en el próximo siglo la naturaleza humana pueda ser moldeada científicamente.

4. Bill Joy: fundamentalismo científico y humanismo

Bill Joy advierte que las tecnologías emergentes presentan riesgos existenciales serios para la humanidad. Él dice: "Las tecnologías del siglo XXI-genética, nanotecnología y robótica-son tan poderosas que pueden crear categorías completamente nuevas de accidentes tecnológicos. Por primera vez esos accidentes están al alcance de individuos y pequeños grupos" (Joy, B. (2000). Why the future doesn't need us. Wired, 8 (04). Recuperado de (https://www.wired.com/2000/04/joy-2/).

Esto significa que no solo las entidades grandes tienen el poder de causar grandes desastres tecnológicos, sino también el acceso de personas individuales o pequeños colectivos a tecnologías tan poderosas aumenta el riesgo de que se produzcan consecuencias catastróficas.

Grey coincide con Joy en que la fe en el progreso científico y tecnológico como una fuerza inherentemente benéfica es peligrosa, ya que no reconoce los límites y riesgos inherentes al avance tecnológico.

5. El fundamentalismo científico

En “Perros de paja”, Grey señala que los fundamentalistas científicos aseguran que la ciencia es la búsqueda desinteresada de la verdad. Puede que, en ocasiones, la ciencia se desligue de nuestras necesidades prácticas y busque la verdad por sí misma, pero esta perspectiva de la verdad es en realidad una noción precientífica: la verdad, al separarse de las necesidades humanas, se vuelve trascendental. De hecho, ver la ciencia como una búsqueda de la verdad es como renovar la creencia mítica de que la verdad gobierna el mundo, o sea, que la verdad es divina.

Además, la autoridad de la ciencia viene del poder que nos da sobre nuestro entorno. Este poder se manifiesta en nuestra capacidad para manipular, controlar y alterar el mundo natural a través de la aplicación práctica del conocimiento científico.

Para los fundamentalistas científicos, la ciencia es la máxima expresión de la razón y en todos sus usos prácticos contribuye a afianzar el antropocentrismo, la idea de que el hombre es el centro del universo. Esto nos anima a creer que nosotros podemos desentrañar los secretos del mundo natural como ningún otro animal y, por consiguiente, plegarlo a nuestra voluntad.

6. El humanismo moderno

El humanismo moderno es un credo que propugna que, a través de la ciencia, la humanidad puede conocer la verdad y, así, ser libre, pero si la teoría de la selección humana de Darwin es cierta, eso es imposible.

Acorde con el darwinismo, Grey sostiene que la mente humana está al servicio del éxito evolutivo y no de la verdad; pensar de cualquier otro modo equivale a resucitar el error predarwiniano de creer que los seres humanos son distintos del resto de los animales. La teoría darwiniana nos dice que para la supervivencia o la reproducción no se necesita el interés por la verdad.

5. Jacques Monod

Jacques Monod fue un destacado biólogo molecular francés, conocido por sus contribuciones fundamentales a la genética y la biología molecular. Sostiene la tesis de que la vida es una casualidad imposible de deducir a partir de la naturaleza de las cosas y que una vez que ha emergido evoluciona siguiendo la selección natural de las mutaciones aleatorias.

Según esto, la especie humana no se distingue en nada de las demás especies. La especie humana no es más que una extracción afortunada en la lotería cósmica. Sin embargo, para Monod, la humanidad sigue siendo una especie privilegiada. Es la única que sabe que su existencia no es un accidente, por lo que puede hacerse cargo de su destino (Monod, Jacques, 1971). El azar y la necesidad: Ensayo sobre la filosofía natural de la biología moderna. (Ediciones Orbis).

La postura de Monod acerca de la evolución como un proceso ciego y sin dirección, donde los eventos ocurren por necesidad (leyes naturales) y azar (mutaciones genéticas), ayuda a Grey en su crítica sobre el humanismo moderno; sin embargo, Monod sigue buscando un significado especial para la humanidad.

Para Grey, Monod combina dos filosofías irreconciliables: el humanismo y el naturalismo. En definitiva, la teoría de Darwin muestra la verdad del naturalismo: somos animales como los demás, nuestro destino y el resto de la vida sobre la tierra son el mismo.

6. Sintesis

John Grey y el transhumanismo comparten algunas bases sobre la capacidad transformadora de la tecnología. Sin embargo, se enfoca en los peligros y limitaciones, mientras que el transhumanismo adopta una postura optimista y proactiva hacia el uso de la tecnología para mejorar la humanidad. Por tanto,

  1. Reconoce que la tecnología y la ingeniería genética pueden influir en la evolución humana, pero es escéptico sobre las implicaciones y la ética de este control.

  2. Acepta que las tecnologías emergentes están cambiando fundamentalmente la sociedad y el comportamiento humano, pero advierte sobre los riesgos y consecuencias imprevistas.

  3. Considera que los humanos no son inherentemente diferentes de otros animales, aunque admite que manipular nuestra naturaleza plantea preguntas filosóficas y éticas profundas.

  4. Niega que las especies tengan un destino predeterminado, viendo la evolución como un proceso aleatorio sin propósito trascendental.

  5. Critica la visión antropocéntrica y utópica, destacando las limitaciones y fallos inherentes a la condición humana.

  6. Advierte sobre los peligros de la deshumanización y las desigualdades sociales que podrían resultar del uso excesivo de tecnologías avanzadas.

  7. Es escéptico sobre la idea del progreso lineal y continuo, viendo la historia humana llena de fracasos utópicos y consecuencias no deseadas.

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