“Homo deus”: el futuro según Harari
Con *Homo Deus*, Yuval Noah Harari revolucionó la forma en que pensamos sobre el futuro de la humanidad y la tecnología.
En primer lugar, el punto de partida que el autor señala: la humanidad ha avanzado muchísimo y ahora persigue abiertamente objetivos que antes eran inaudibles, como la inmortalidad, la felicidad asegurada o la transformación del cuerpo y la mente humana. Para ello, reúne ejemplos históricos y futuros, entrelazando pasado, presente y futuro tecnológico. Pero hay que decir que muchas de sus ideas principales —como que una “religión de los datos” está sustituyendo a las antiguas o que una élite biotecnológica va a dejar atrás a la mayoría—, por muy seductoras que sean, simplifican la realidad. Por un lado, Harari consigue viralizar debates necesarios y hacer conceptos complejos y comprensibles, pero, por el otro, suele sacrificar profundidad y sutileza en aras de una narrativa. En ese sentido, el libro es un intento de hacer un puente entre divulgación y reflexión filosófica.
En términos narrativos, *Homo Deus* entrelaza varios hilos: la inteligencia artificial, la medicina personalizada, la transformación de la economía política global. Por momentos, el libro oscila entre el ensayo histórico y la ciencia ficción, lo que le da agilidad y amplitud, pero también hace que las predicciones se sientan especulativas. Además, Harari sobrepone la tecnología, a veces dejando de lado factores sociales y políticos que también moldean nuestro futuro.
Otro punto relevante es cómo Harari tiende a hablar de los cambios tecnológicos como si fueran inevitables y globales. Desde su perspectiva, la proliferación de algoritmos y la recolección masiva de datos tarde o temprano nos afectarán a todos. Pero esta visión no siempre es un reflejo de las desigualdades que existen en el acceso, uso y control de la tecnología.
A favor del autor hay que decir que sabe cómo despertar la curiosidad y provocar que la gente hable de las trascendentales cuestiones. Además, su habilidad para mezclar historia, ciencia y especulación da como resultado relatos atractivos que alcanzan a muchas personas y abren debates necesarios.
Por contra, una de las mayores flaquezas del libro es su determinismo tecnológico: acabar explicando todo por la tecnología. Al hacer este énfasis en la innovación científica, deja de lado otras dimensiones políticas, éticas o sociales igualmente relevantes. Además, su escritura suele anteponer el efecto a la exactitud, lo que conduce a generalizaciones o a imágenes extremas del futuro.
En definitiva, *Homo Deus* logra abrir la puerta a las grandes cuestiones de este siglo: ¿Qué implica ser humano frente a máquinas inteligentes? ¿Qué haremos cuando la biotecnología amplíe nuestras capacidades? ¿Quién define qué es progreso y para quién? Pues bien, aunque el libro abre interrogantes e invita a discusiones, sus respuestas tienden a ser más provocadoras que definitivas y a veces sacrifican la complejidad en aras de una narrativa más digerible y atractiva.